El Viaje del Alma en la Oración (Ṣalāh)


■ El Viaje del Alma en la Oración (Ṣalāh)

“La oración es la ascensión (mi‘rāj) del creyente.”
▪︎ Profeta Muhammad ﷺ

La oración, en su forma exterior, es una secuencia de movimientos sagrados, recitaciones y posturas.
Pero en su interior, es un viaje: un desplazamiento espiritual del alma desde el dominio del mundo (dunyā) hasta la Presencia del Divino (ḥaḍrat al-ḥaqq).

Así como el Profeta ﷺ ascendió más allá de los velos de los cielos en la Noche del Mi‘rāj, cada siervo sincero, al ponerse de pie para rezar, emprende su propia y sutil ascensión.


■ El Llamado al Viaje

Cuando se pronuncia el adhán, es como si lo Divino convocara al alma, diciendo:

“Ven a la oración, ven al éxito.”

El negligente escucha solo el sonido; el alma despierta escucha el llamado del Amado.

El mundo comienza a desvanecerse, y el Corazón se prepara para partir: dejando atrás distracciones, pensamientos del ego y apegos mundanos.

La intención (niyyah) se convierte en el pasaporte del alma para este viaje sagrado.


■ El Primer Paso: Entrar en la Presencia Divina

Cuando uno alza las manos diciendo Allāhu Akbar, es como si el viajero dejara el mundo detrás de sí.

Las manos levantadas simbolizan el abandono de ambos mundos, el visible y el invisible, pues nada es más grande que Allah.

▪︎ Imam al-Ghazali ق escribió bellamente:

“Cuando dices Allāhu Akbar, no dejes que permanezca en tu Corazón nada más grande que Él, ni siquiera tú mismo.”

Aquí el alma comienza su viaje interior: de la multiplicidad a la unidad, de la dispersión al recogimiento (jam‘).


■ Qiyām: El Alma de Pie Ante el Rey

En qiyām (estar de pie), el viajero se presenta como un siervo ante su Señor: humilde, tembloroso, lleno de amor.

La recitación de al-Fātiḥah abre las puertas de la intimidad; es un diálogo entre el alma y el Creador.

“Solo a Ti adoramos y solo de Ti buscamos ayuda.”

Aquí, el alma declara su servidumbre y dependencia, reconociendo que todo poder y toda paz pertenecen únicamente a Él.

▪︎ Dijo Sayyid ‘Alī al-Hujwīrī ق:

“Cada verso de la Fātiḥah es un paso más cerca de la Presencia desvelada de Dios.”


■ Rukū‘: La Inclinación del Intelecto

En rukū‘, la cabeza —la sede del intelecto— se inclina.
Es como si la mente se sometiera a la luz del Corazón.

El alma reconoce su pequeñez ante la Majestad de Allah:

“Subḥāna Rabbiyal-‘Aẓīm — Gloria a mi Señor, el Más Grande.”

Esta postura es la rendición del yo racional a la Realidad Divina: el inicio de la humildad y de la disolución del ego.

■ Sujūd: El Secreto de la Cercanía

Luego llega el sujūd, el punto de llegada.

▪︎ El Profeta ﷺ dijo:

“El siervo está más cerca de su Señor cuando está en postración.”

En sujūd, el viajero aniquila el yo: la frente toca la tierra, simbolizando el retorno del alma a su origen:

“De ella los creamos y a ella retornaremos.”

La aniquilación del ego (fanā’) da nacimiento a la iluminación (nūr).

▪︎ Shaykh Ahmad al-‘Alawī ق dijo:

“Cuando el siervo se postra con el Corazón, cae en el océano de la Unidad, donde no queda ningún yo, solo la mirada del Real.”


■ El Regreso: De la Presencia al Mundo

Al sentarse para el tashahhud y ofrecer los salām, comienza el viaje de retorno.

Habiendo gustado la cercanía, el viajero vuelve a la creación, pero ya no es el mismo: su mundo interior se renueva, su Corazón queda perfumado con el recuerdo divino, su mirada se llena de luz.

▪︎ Dicen los Awliyā:

“Quien verdaderamente reza, nunca sale de la oración.”

Pues su Corazón permanece en sujūd aun cuando su cuerpo camina entre la gente.


■ El Viaje Siempre en Expansión

Cada ṣalāh es un mi‘rāj y cada mi‘rāj revela nuevos horizontes de cercanía.

El viajero que ora con presencia (khushū‘) asciende día tras día, puliendo su Corazón hasta que refleja la belleza de los Nombres Divinos.

▪︎ Ibn ‘Aṭā’Allāh al-Iskandarī ق escribió:

“La oración es un espejo:quien se presenta en ella con sinceridad, ve en ella la luz de su Señor.”


■ El Regreso del Alma a su Hogar

El viaje del alma en la oración es un movimiento de la separación a la intimidad, del olvido al recuerdo, de la sombra del ego a la luz del Amado.

Es la forma en que el Corazón vuelve a su hogar: no por los pasos de los pies, sino por la entrega del espíritu.

“Y establece la oración para Mi recuerdo.”
▪︎ Corán 20:14

A través de este recuerdo, el alma prueba la dulzura de la cercanía.

Porque en cada inclinación y en cada postración, el viajero escucha el eco del Eterno que llama:

“Regresa a tu Señor, satisfecha y complaciente.”
▪︎ Corán 89:28 ❤️