Fue escrito por inspiración directa de la sagrada orden del Profeta ﷺ.
El Gran Shaykh Abdullāh al-Fāʾiz ad-Dāghistānī (قدس الله سره) tomó la pluma en su mano y se quedó dormido.
Cuando despertó —y evidentemente se encontraba en un estado de visión espiritual— su mano continuaba escribiendo; escribía en forma circular, y lo que trazaba era la ruqya que utilizamos.
Esta es una protección contra los efectos de los yinn y cualquier daño que podamos enfrentar.
Esa ruqya fue concedida a nuestro Gran Shaykh Abdullāh al-Fāʾiz ad-Dāghistānī (قدس الله سره) para sus seguidores, y en esa visión el Profeta ﷺ dijo:
“No hay forma de que un yinn pueda interferir con esa persona.
Y si atraviesa dificultades, estas irán mejorando, cada vez más.”