Un caballo de madera es inútil en tierra firme, es el medio de transporte especial de los viajeros por mar. El silencio es este caballo de madera, el silencio es la guía y el apoyo de los hombres en el mar. Este silencio que te causa molestia está profiriendo gritos de amor audibles para lo espiritual. Dices: "¡Qué extraño es que el hombre espiritual esté en silencio!". Él responde: "¡Qué extraño es que no tengas oídos! Aunque pronuncio gritos, no los oyes; Los oídos sensuales, por agudos que sean, son sordos a mis llantos. El hombre espiritual, por así decirlo, llora en sueños, profiriendo miles de palabras de consuelo; mientras que el hombre carnal a su lado no oye nada en absoluto, pues está dormido y sordo a la voz del otro. Pero el espiritualista perfecto que ha roto su barca se sumerge en el mar como un pez del mar (de la Verdad).
Masnavi (Cantos a la Eternidad) Vol VI. Rumí.