¿Qué sucede cuando desaparecen los límites del tiempo y el espacio?


¿Qué sucede cuando desaparecen los límites del tiempo y el espacio?

Khuwaja Shamsuddin Azeem enseña algo realmente fascinante: esa puerta secreta entre lo visible y lo invisible, entre el tic-tac del reloj y el silencio eterno que existe más allá de él.
Has oído decir muchas veces a los sufíes: “Despréndete del mundo (dunya) y comenzarás a ver lo que otros no pueden”.
Eso es precisamente de lo que se trata: el misterio de Zamān o Makān —Tiempo y Espacio.

Según las enseñanzas del Qalander Shaour (la Conciencia Qalandar), nuestra mente está constantemente atrapada en la red de los asuntos mundanos —trabajo, personas, dinero, planes, preocupaciones— todo aquello que mantiene nuestra luz interior adormecida. Por eso, el camino del Qalander enseña que la mente necesita ciertas mashqāt (ejercicios espirituales) que la eleven temporalmente por encima del ruido del mundo.
No se trata de huir de la vida, sino de entrenar la mente para dejar de darle importancia a lo que es transitorio.

Cuando eso ocurre —cuando el mundo empieza a perder su poder sobre tu atención—, algo milagroso despierta dentro de ti.
Tus salahiyāt rūhānī (capacidades espirituales) comienzan a activarse. Es como si una flor, dormida durante años en el corazón, empezara a florecer.
Y cuando tu enfoque se traslada de lo material a lo espiritual, sucede algo aún más misterioso: la capa amarillenta que cubre tu conciencia —una especie de membrana energética— empieza a romperse.

Y aquí llega el secreto:
Cuando ese velo dorado se quiebra, los límites del tiempo y el espacio se disuelven.
De pronto, la persona comienza a experimentar lo extraordinario mientras sigue plenamente despierta.
Sentado en silencio, con los ojos cerrados en muraqaba (meditación profunda), consciente de tu cuerpo… y sin embargo, sientes que te mueves, que viajas, que atraviesas distancias, que presencias cosas que ocurren muy, muy lejos.

Es como si el alma le dijera al cuerpo:
“Tú descansa aquí, que yo me encargo del viaje.”

En ese estado comprendes lo pequeño y efímero que es el mundo físico.
Las paredes del tiempo se derrumban.
Las cerraduras de la distancia se abren.
Puedes ver sin ojos, moverte sin pies, y experimentar sin desplazarte.
No es imaginación: es un despertar espiritual real, donde el rūh (espíritu) aprende a actuar libremente mientras el cuerpo permanece quieto.

Los grandes Awliyā’ Allah (Amigos de Dios) siempre han hablado de esto en forma de símbolos:
Cuando el corazón se desprende del mundo, el alma comienza a volar.

El Profeta Muhammad ﷺ dijo:

> “En el cuerpo hay un pedazo de carne; si se purifica, todo el cuerpo se purifica, y ese es el corazón.”



Cuando ese corazón brilla, el universo entero se vuelve visible desde dentro.

Así que cuando te sientes en silencio, recuerda:
El tiempo y el espacio solo existen mientras tu conciencia te dice que existen.
Una vez que los trasciendes, descubres un mundo donde no hay distancias, donde el ayer y el mañana son uno, y donde el alma danza libremente en la luz eterna de Allah ﷻ.

اَللّٰهُمَّ صَلِّ عَلَىٰ مُحَمَّدٍ وَّعَلَىٰ اٰلِ مُحَمَّدٍ
● FJ 4.11.25