La Serpiente Interior


■ La Serpiente Interior:

Una reflexión sobre el Ego

“Tu mayor enemigo
se esconde dentro de tu pecho,
susurra orgullo,
te ata a la ilusión.
Mata a esta serpiente
con la espada de la devoción,
para que no envenene tu alma
con deseo interminable.
Sólo cuando el Ego
muere en la entrega,
la luz de la Verdad
amanecerá en tu Corazón.”
— Shaykh Sharafuddin Maneri ق

Los Sabios del camino sufí han enseñado durante mucho tiempo que la batalla más formidable que un buscador enfrentará jamás no es contra el mundo, ni contra los demonios, ni contra los enemigos externos. Es la batalla contra el nafs,
el ego que “se esconde dentro de tu pecho”.

Shaykh Sharafuddin Maneri ق comienza dirigiendo la atención del viajero hacia adentro, hacia este enemigo sutil y persistente.

El Corán se refiere a este yo interior como el nafs al-ammārah, el yo que ordena, que empuja hacia la negligencia y la falsedad.

No es simplemente un rasgo psicológico, sino un velo espiritual, una barrera entre el corazón y la Realidad Divina.

Este enemigo “susurra orgullo”, la raíz de toda caída espiritual. El orgullo ciega el corazón ante su dependencia absoluta de Allah, y ata al buscador en la “ilusión”: la ilusión de separación, de posesión, de grandeza personal independiente de lo Divino.

▪︎ Shaykh Ibn Ata’ Allah ق afirmó sabiamente:

“Nada te cubre de Dios como la ilusión
de tu propia existencia.”

El nafs, hablando con la propia voz de uno, convence al Buscador de que es más que un siervo, más que una creación, más que un reflejo de la Voluntad de Dios.

Así, la primera tarea del viajero es el reconocimiento: discernir los susurros del ego de los susurros del Corazón y del espíritu.

Shaykh Maneri ق entonces ordena:

“Mata a esta serpiente con la espada de la devoción.”

El ego es comparado con una serpiente, porque, como el veneno, se propaga de forma sutil, gradual y letal en el torrente espiritual.

Los Maestros sufíes nunca promovieron el rechazo del mundo ni el odio a uno mismo; más bien, enseñaron que el ego debe ser disciplinado, purificado y llevado a la entrega.

La devoción —‘ibādah, dhikr, murāqabah, humildad y servicio— es la espada capaz de atravesar las escamas endurecidas del nafs.

▪︎ Shaykh Bayazid Bistami ق declaró:

“El ego es cien serpientes.
Sólo la espada del recuerdo de Dios corta sus cabezas.”

Si el Buscador no entra en esta batalla interior, el Shaykh advierte, la serpiente:

“Envenenará tu alma con deseo interminable.”

El deseo (shahwah) no es inherentemente malo, pero cuando el ego se convierte en su amo, el deseo se vuelve ilimitado.

▪︎ Los Sabios dicen:

“El nafs es un fuego que crece con cada alimento.”

Nunca se saciará, nunca se aquietará, nunca estará contento. Por eso el yo no purificado conduce a la inquietud, los celos, la codicia y la adicción a la alabanza. Estos son los venenos que oscurecen el espejo del Corazón.

El poema luego gira hacia el secreto central del camino sufí:

“Sólo cuando el Ego muere en la entrega…”

Este es el estado conocido como fanā’, la aniquilación de la voluntad propia, la importancia propia y el autoengaño.

No es una muerte literal, sino la muerte de la pretensión del ego a una existencia independiente.

▪︎ Sayyidah Rabi‘a al-‘Adawiyya ق, hablando de este estado, dijo:

“Muere antes de morir,
para que realmente vivas.”

Cuando el ego se inclina ante la Voluntad Divina, cuando renuncia a su reclamo de posesión, ocurre una apertura profunda en el mundo interior del Buscador. Entonces, como dice Shaykh Maneri ق:

“…la luz de la Verdad amanece en tu Corazón.”

Este es el surgimiento del nūr, la iluminación divina que llena el corazón cuando los velos del ego se han adelgazado.

Es la luz de la certeza (haqq al-yaqīn) que los Grandes Maestros describieron como un amanecer que no tiene dirección ni horizonte.

▪︎ Shaykh Junayd al-Baghdadi ق lo llamó:

“Una luz que se eleva sin amanecer.”

En este estado, el buscador percibe con el ojo del Corazón, siendo testigo de la Unidad, la Presencia y la cercanía del Amado.

Así, en sólo unas pocas líneas, Shaykh Sharafuddin Maneri encapsula todo el viaje sufí: conciencia del enemigo interior, lucha espiritual mediante la devoción, entrega del ego e iluminación del Corazón.

Es la misma verdad expresada por Sayyiduna Imam Ali ع cuando dijo:

“Tu enfermedad está en ti, pero no la percibes.
Tu remedio está dentro de ti, pero no lo sientes.”

El poema es un mapa del yihad interior, la lucha sagrada que transforma al ser humano de una criatura de deseo en un recipiente de luz divina.

Nos recuerda que el camino comienza y termina dentro del Corazón, donde el ego muere y la Verdad nace. ❤️