iUna conversación que cambia la vida!


iUna conversación que cambia la vida! (Rumi y el Sol de Tabriz) 

Yalaluddin El-Rumi (Mawlana):
¡Oh Shams! Tus palabras aún estremecen mi ser. He pasado toda mi vida buscando en los libros, en la virtud y en la lógica, creyendo que me acercaba a la verdad… ¿y qué he encontrado ahora? ¿Acaso todo lo que estudié fue un hiyab (velo)?

Shams al-Din Tabrizi (el Derviche):
No fue un hiyab, Mawlana, sino un umbral. Pero permaneciste tanto tiempo contemplando los dibujos de la puerta, que olvidaste entrar. La mente se disuelve y se rompe, pero el corazón se une y alcanza.

Rumi:
Entonces, ¿cuál es el sentido de esa unión del corazón? ¿Cuál es el propósito final del viaje del hombre en esta vida?

Shams:
El propósito es hallar lo que buscas, en el mismo lugar donde eso te está buscando a ti. Todo lo que anhelas ya está dentro de ti. Tu meta no es buscar el amor, sino buscar y derribar todas las barreras que has levantado entre tú y él.

Rumi:
Me siento atrapado por los muros del hábito, la reputación y el estatus. ¿Cómo puede liberarse el alma de las cadenas del cuerpo y del barro?

Shams:
La liberación comienza con la aceptación. Acéptate con todo lo que hay en ti, lo oscuro y lo luminoso. No resistas lo que hay dentro, enfréntalo. Lo que aceptas, enfrentas; lo que enfrentas, comprendes; y lo que comprendes, ya no puede herirte. El miedo es el guardián del umbral, pero no perdura: se disuelve en el calor del afecto.

Rumi:
¡Amor! Todos hablan del amor, pero ¿de qué amor hablamos? ¿Es terrenal o divino?

Shams:
El amor no admite divisiones, Yalal al-Din. La adoración no tiene etiquetas, nombres ni definiciones. Es lo que es, puro y simple. El amor es el agua de la vida; y quien pasa por el mundo sin amor, considéralo un pez fuera del agua, un muerto marchito, aunque sea un ministro.

Rumi:
¡Qué sed tan grande! Es como si temblara ante un espejismo. Enséñame cómo saciar esta sed ahora.

Shams:
Soporta el dolor, oh Mawlana, pues el dolor te conducirá a la cura. La paciencia no es soportar las dificultades con resignación, sino confiar en el resultado final. Mirar la espina y ver la rosa, mirar la noche y ver el amanecer. Los amantes de Alá jamás se agotan de paciencia.

Rumi:
Antes era juez, y ahora temo que la gente me acuse de locura.

Shams:
¡Que digan lo que quieran! No temas las opiniones de los demás; son sus pensamientos, no tu realidad. Eres un huésped, mi corazón: alégrate con lo que encuentres, no con lo que desees.

Rumi:
¡Tienes luces, oh sol, que iluminan las profundidades del corazón!

Shams:
Tu corazón es la luz, Mawlana. Yo solo soy un espejo que refleja lo que ya estaba en ti. Porque tú eres Espíritu, y eres tú quien busca la morada del Espíritu. 🌞

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