Día 5 — “Lo que llamas pérdida fue la mano de Dios limpiando tu camino.”
Poema:
Cuando el camino se borra ante ti,
no es castigo, sino compasión.
Aquello que perdiste
nunca te perteneció,
era solo el polvo que impedía ver la senda.
Dios barre con fuerza,
pero su escoba es amor.
Rumi
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Reflexión:
Rumi veía las pérdidas como actos de limpieza espiritual.
En su visión, lo que desaparece no nos abandona: simplemente ya no tiene propósito en nuestra evolución.
Cada pérdida, por dolorosa que parezca, es la mano invisible de Dios retirando lo que enturbia la vista del alma.
Cuando algo se derrumba, el ego grita “injusticia”, pero el alma susurra “espacio para lo nuevo”.
Aceptar la pérdida es aceptar la sabiduría divina que ve más lejos que nuestra mente.
Y cuando la mente deja de resistirse, la pérdida se convierte en revelación.