Día 4 — La alquimia del amor

Día 4 — La alquimia del amor

Poema: Diván de Shams, Ghazal 23 

He probado la amargura del deseo,
y he bebido el fuego del anhelo.

Pero cuando el amor verdadero llegó,
el fuego se volvió luz,
y la herida, una puerta abierta al Amado.

No fue el vino el que me embriagó,
sino la presencia que danzaba dentro del vino.

Oh corazón, ¿cuánto más fingirás estar separado?

Mira: el oro y el cobre
arden juntos en el horno del amor,
y el alquimista sonríe,
pues ambos se vuelven uno.

Rumi 


 Reflexión:

El amor, en la visión de Rumi, no es emoción sino fuego transformador.
El amor humano —con su deseo, su anhelo, su miedo— es el metal impuro que entra en la fragua.
Y el amor divino es la alquimia que convierte esa impureza en oro.

Amar, para el sufí, no es buscar consuelo, sino arder con propósito.
Cada pérdida, cada pasión, cada decepción, es una parte del cobre que debe fundirse.
Solo entonces el alma brilla como oro puro: sin miedo, sin forma, solo presencia.