Un hombre llegó hasta la orilla del mar y no vio más que agua salada, tiburones y peces y dijo: «¿Dónde está la perla de la que tanto se habla? Puede que no exista tal perla». ¿Cómo va a conseguir la perla limitándose a mirar el mar? Aunque vaciara el mar cien mil veces con una copa, ¡nunca encontraría la perla! Se necesita un buceador para encontrar la perla, ¡y no importa qué buceador! Solo necesita ser, a la vez, ágil y afortunado. Si buscas perlas, sé un buceador. El buceador ha de tener las siguientes virtudes:
depositar su cuerda y su vida en manos del Amigo, no respirar y lanzarse de cabeza.
Fihi ma fihi
Jalaluddin Rumi
Editorial Sufí