El simbolismo del vestido sema mevlevi.

El simbolismo del vestido sema mevlevi.

El vestido utilizado por los derviches giróvagos durante el sema mevlevi tiene un profundo significado espiritual que los propios derviches utilizan, al igual que su cuerpo, para transmitir un mensaje que puede ser leído e interpretado por el público conocedor de dicho lenguaje 
simbólico. Con esta danza, los derviches mevlevíes, utilizan el cuerpo como un medio 
de comunicación con Dios. 
Los cuerpos de los derviches representan algo figurado que va más allá de lo que el cuerpo físico y biológico nos puede mostrar. Gracias al movimiento de sus cuerpos, de los vestidos rituales y la manifestación de sus gestos, el derviche giróvago muestra con claridad lo que hace, a fin de que el espectador escuche un mundo distinto, tal vez desconocido, y entre en comunicación con un danzarín, el derviche 
giróvago, que no habla. Y todo ello para que ante ello el espectador encuentre una 
nueva manera de entender la vida y un nuevo lenguaje no-verbal.
El derviche giróvago (semazen) entra en sala donde se efectúa el sema (semahane) vestido completamente de blanco, por dentro y por fuera, y cubierto con una larga capa o manto negro (hırka). En la cabeza lleva un tocado cónico de fieltro de color marrón (sikke). Al comienzo de las primeras rondas de danza, el derviche se despoja del manto negro, signo de que abandona su individualidad grosera para aparecer purificado ante el maestro de la ceremonia y ante sus hermanos.
El vestido blanco (tennure), en forma de faldón, con el que aparece hace pensar en la mortaja con la cual envolverán algún día su cadáver, al mismo tiempo que prefigura el gozoso reencuentro con Dios. Los derviches se colocan para danzar en varias órbitas concéntricas a imagen de los planetas en el cielo. Un derviche, generalmente el de más edad, ocupa el centro de la sala, donde representa al polo. 
También gira lentamente, mientras que los otros, dispuestos en forma de corona, giran
a la vez sobre sí mismos.
La danza va acompañada de algunos gestos con los brazos. Al comienzo, las manos permanecen cruzadas en el pecho como gesto de humildad y de apertura del alma. 
Se separan luego los brazos en signo de dilatación, con una mano, la derecha, abierta al cielo y la mano izquierda vuelta hacia a la tierra. 
Con este gesto, el derviche indica que se abre a la gracia del cielo en un movimiento de confianza y que la gracia así recibida la conduce hacia el mundo terrenal y todos los seres que la habitan. Luego, empiezan a girar con la cabeza ligeramente inclinada y los hombros siempre a la misma altura. Entregado al ritmo de las armonías celestiales, el derviche se convierte en un instrumento a través del cual el amor divino se comunica con las criaturas que sufren por la separación. Con su girar, el derviche afirma la presencia única de Dios en 
todas las direcciones del espacio.

Nesrin Karavar